Es potente, maduro en sabores, persistente en boca, glicérido y untuoso.

Recuerda mucho lo que es el aroma de la aceituna, el sabor de éstas en su punto óptimo de maduración.

Tiene un bonito color y una textura suave y agradable. Es un paté que puede jugar muchos papeles diferentes. Está muy conseguido, es untuoso y organolépticamente agradable

Acompaña bien a frutas maduras, como ciruelas negras, higos y granadas, frutas secas, frutos secos.

Le daría un toque genial a una pizza, a un panini, a una tosta, o a cualquier canapé o tosta que llevara un queso fresco, cremoso o suave, no un queso curado o seco.

Sería ideal como complemento de verduras (espárragos, alcachofas, berenjenas) o para usarlo de base para una salsa para éstas o como un toque final. Podría usarse para completar una tapenade o con unas anchoas, que le dan un punto salado que contrasta con la madurez del paté.